La situación de los colectivos LGTBi en el
actual contexto de crisis merece especial atención. Los logros conseguidos
durante décadas de incesante lucha se ven amenazados ante las políticas
neoliberales de los distintos gobiernos de los últimos años. Esta coyuntura
hace necesario seguir defendiendo los derechos tales como la despatologización
de las identidades trans y de la intersexualidad, la lucha contra el acoso
LGTBIfóbico en el ámbito escolar y laboral, la prevención del VIH, la defensa
de unos servicios sociales que garanticen a lesbianas, gays, transexuales,
bisexuales e intersexuales los mismos derechos que a cualquier otra persona.
Por que frente a sus recortes, orgullo es protesta.
Los actuales recortes han contribuido a la eliminación de la
financiación pública de proyectos de investigación médica sobre el VIH/Sida.
Asimismo, esta situación no solo afecta a la investigación y desarrollo sobre
la enfermedad, sino también a su prevención y diagnóstico precoz, limitándose a
una atención ridícula y deplorable. Frente a esto, orgullo es protesta, por que
la salud es un bien de todas y de todos.
Los recortes también están dificultando el
acceso a otros servicios específicos que necesitan las transmaribibolleras,
especialmente en Servicios Sociales, cuyo problema significará una exclusión
más marcada de determinados colectivos, entre ellos, lesbianas y transexuales
No podemos quedarnos pasivas ante la reducción
y la privatización de los servicios públicos, tan necesarios para el desarrollo
de la ciudadanía. Desde la Juventud Comunista exigimos:
1.
El cese de la privatización del sistema
educativo y sanitario, pues dificulta el acceso a los servicios específicos que
necesitan las transmaribibolleras.
2.
La inmediata despatologización de las
identidades trans e intersex, porque su consideración patológica implica la obligación de ceñirse a unos
ideales de género.
Hacemos un llamamiento a la rebelión hacia los discursos
andrógenos, patriarcales y homófobos establecidos, reivindicar el orgullo de
clase, anticapitalista, que se oponga a la mercantilización de los cuerpos y de
las sexualidades. No nos oponemos a las posibles celebraciones festivas, pero
debemos estar más indignadas que nunca a la hora de salir a las calles y romper
con lo establecido por un sistema que no deja de oprimirnos, explotarnos y
robarnos. Exigimos un orgullo no instrumentalizado
por los intereses empresariales, porque creemos que los derechos de la
comunidad LGTBi no son un negocio lucrativo. En definitiva, un orgullo rebelde
e inconformista, porque...
...frente a sus recortes, orgullo es protesta.